Resumen:
La llegada del calor nos invita a salir de nuestras casas, y pasar largas horas expuestos al sol. No olvides de utilizar tus anteojos de sol adquiridos en ópticas habilitadas. La exposición de nuestros ojos al sol sin protección UV puede traernos serias complicaciones. Te invitamos a leer nuestra nota completa para mayor información.
Nota:
En la actualidad, somos más conscientes de los daños que provoca la exposición de nuestros ojos al sol. Entendimos que, si planeamos compartir con amigos, una tarde en un parque, es fundamental llevar consigo nuestro par de gafas de sol. Sin embargo, no solo la exposición a los rayos UV afecta nuestra salud visual, también perjudica las zonas aledañas como los párpados.
A continuación, nombraremos algunas de las patologías oculares provocadas por la exposición prolongada a los rayos UV.
Pterigion
es el crecimiento que se produce en el tejido de la conjuntiva y que, en casos de no poder controlar la patología, termina invadiendo la córnea.
Suele ser de color rojo blanquecino, indoloro en instancias primarias, aunque a medida que avanza comienza a molestar.
En el caso de llegar a la córnea, puede provocar visión borrosa y la única forma de eliminarlo es con una cirugía.
Aunque no se conoce con exactitud los motivos sobre los cuales se desarrolla el pterigion, uno de los factores de riesgo es la exposición prolongada de la visión a la luz solar, sin ningún tipo de protección a los rayos UV.
Es por eso que se recomienda, principalmente en personas que desarrollan sus actividades al aire libre, y en cualquier momento del año, utilizar anteojos de sol autorizados por el ente regulador pertinente del país (en nuestro caso, Argentina, ANMAT).
Hoy en día no existe ningún tratamiento para esta afección, pero una forma de aliviar las molestias que provoca, es tener el globo ocular continuamente humectado, por esta razón, los pacientes utilizan gotas prescriptas por el profesional oftalmólogo.
Ejemplo de pterigion
Pínguecula
esta patología es un crecimiento anormal que se produce en la esclera (parte blanca del globo ocular). Es un pequeño bulto de color amarillento y puede aparecer en cualquier parte del ojo, es decir, del lado nasal (comúnmente) o del lado temporal.
Siendo la exposición solar uno de los principales factores, la pínguecula puede ir creciendo con el tiempo. Suele manifestarse en personas de cualquier edad, aunque mayoritariamente lo presentan adultos en edad avanzada.
La forma de prevenirlo es, al igual que el pterigión, usando anteojos de sol con protección UV durante todo el año, incluso los días nublados, que es cuando más rayos de UV llegan a la superficie.
Cataratas
esta patología se presenta cuando el cristalino, lente natural del globo ocular, se opaca con el correr de los años.
Hay distintos tipos de cataratas, pueden ser nuclear (afectan el centro del cristalino), cotical (la opacidad de produce en la periferia), subcapsular o congénitas (en este caso, los niños pueden nacer con esta afección o desarrollarse a lo largo de la infancia).
Si bien las cataratas se dan, principalmente, por el envejecimiento, la excesiva exposición a la luz del sol pueden agravarlas o adelantarlas. Por otro lado, es muy común que fumadores o pacientes diabéticos las padezcan.
Hoy en día no hay un modo de prevenir las cataratas, pero si se puede controlar haciendo exámenes oculares periódicos o cubriendo nuestra vista de la luz solar con gafas de sol.
Cáncer palpebral o de párpados
es una tumoración (benigna o maligna) que afecta los párpados. La principal causa es por la exposición a los rayos UV por periodos largos de tiempo, debido a que la luz ultravioleta, provoca daño en las células de los párpados.
Esta patología se presenta en forma de un pequeño quiste o verruga que, en las primeras etapas, pasan desapercibidos para el paciente. La forma de poder evitar esta afección es, como en las demás patologías mencionadas, usar lentes de sol que cubran bien toda la zona del ojo.
Ojo con afección de fotoqueratitis
Fotoqueratitis
es la inflamación que se produce sobre la capa externa de la córnea, suele ser muy dolorosa y se produce por exposición al sol sin protección en cualquier época del año debido al reflejo del sol en el agua, la nieve o el hielo.
En el caso de que se produzca esta afección, la forma de tratarlo es usar lagrimas artificiales lubricantes y también con antibióticos, y en algunos casos se deben recurrir a los analgésicos.
–
Fuente
Elaboración propia. Fotos provistas por wikipedia
