[Por ANA CHIODO]
Con la edad, el ojo envejece y, alrededor de los 40-45 años, inicia la presbicia. Esto es una pérdida de flexibilidad del cristalino que provoca una disminución del poder de acomodación. Esto hace que la visión de cerca se complique y, en casos extremos, sea imposible.
Para esto, existen algunas soluciones convencionales:
- Dos pares de anteojos por separado, unos para visión lejana y otros para visión cercana.
- Anteojos bifocales, cristales con visión lejana y una “película” en la parte inferior con la corrección para la visión cercana.
Sin embargo, estas soluciones son ineficientes cuanto menor es el poder de acomodación.
Para ello, los lentes multifocales son la solución perfecta para restituir, con un solo par de anteojos, las condiciones visuales del paciente antes de ser présbita. En otras palabras, corregir todas las distancias a través de lentes progresivos.
¿Qué es la presbicia?
El cristalino se destaca por ser una lente natural con cierto grado de flexibilidad. Esto posibilita ver con claridad a distintas distancias, ya que el cristalino adapta su forma para generar el punto focal correcto en la retina.
Con la edad, mayormente entre los 40 y 45 años, esta flexibilidad disminuye, por lo que el cristalino se endurece y no logra cambiar adecuadamente su forma para lograr proyectar las imágenes en la retina. Esto obliga al paciente a requerir anteojos para visión cercana, es decir, anteojos de lectura; incluso para aquellos que nunca necesitaron anteojos.
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